Se acerca mi
treinta y tres cumpleaños, como otras veces, mis amigas preparan una sorpresa, como de costumbre no quieren contarme. Hace
unos veinte años que las conozco, siempre hemos sido inseparables, en los
buenos y en los malos momentos, por eso confió en ellas, y por eso no creo que
nos separemos nunca.
Las conocí en
el colegio, yo acababa de llegar de mi tierra natal, Toledo, por el traslado de
mi padre en el trabajo. Cuando me dijo que teníamos que ir a vivir a Murcia, yo
me cabree muchísimo y estuve un tiempo sin hablarle, es lo que tiene ser una
cría; ahora lo entiendo bien, la empresa donde él trabajaba cerraba, si no
aceptaba el traslado se quedaría en la calle, con lo que la decisión, que él había
tomado, era la correcta para toda la familia.
Los primeros
meses fueron muy duros, sobre todo cuando empezó el colegio, no tenía amigos,
aunque nunca me había costado relacionarme, ser la nueva en el curso me trajo
ciertos problemas.
La primera
que se acerco a mi fue Arantxa, eso se lo agradeceré toda mi vida, sus amigas
por aquel entonces eran Elisabeth y Julia. Las cuatro seguimos siendo intimas y
nos guardamos los secretos y ciertas fantasías entre todas.
Cuando
terminamos el instituto, yo me distancie lo justo, ellas se fueron a estudiar
una carrera y yo peluquería, pero cuando todas terminamos los estudios, todo
volvió a la normalidad. Hasta que llego el día de mi boda, no es que entre
nosotras tengamos problemas, el problema es mi marido. Dicen por ahí que estoy
casada, pero la verdad es que solo lo dicen, cada día tenemos más problemas y
cada vez le aguanto menos.
Por eso
decidí empezar a jugar, sin llegar nunca a engañarle, por el facebook. He conocido
un montón de gente, chicos, chicas, me sirve para entretenerme a diario. Pero
ahí empezó el problema, por llamarlo de alguna manera. Un día recibí la
solicitud de amistad de un tío, el era de Madrid, con lo cual la distancia me
protegía, o eso pensaba yo. Tras aceptar la solicitud, comenzamos a hablar, al
principio cosas tontas, pero poco a poco las conversaciones se hicieron diarias
y cada vez el tono iba subiendo un poco más, hasta el punto de intercambiar
teléfonos y dejar de chatear.
Las llamadas
eran larguísimas y un par de veces al día, estaba completamente enganchada a
él. En varias ocasiones tuvimos sexo telefónico, jamás pensé que me gustara
tanto esa situación. Tener al otro lado del teléfono a alguien que te atrae tanto,
hablando de sexo, hacia que no pudiera resistirme y me masturbara en cada
conversación con él, llego un momento que solo con ver la llamada en el móvil y
escuchar su voz, me ponía muy cachonda.
Por supuesto intentamos quedar, la distancia y mi estado civil, hacían que las
cosas siempre se nos complicaran. El verano pasado, incluso el estuvo de viaje
por aquí, pero coincidió con la enfermedad de mi madre y no pudimos quedar
ningún día.
Desde ese
momento el asunto se ha enfriado un poco, creo que se ha enfadado por hacerle
venir hasta tan lejos y darle plantón, pero no fue culpa mía, para mí lo
primero en ese momento era mí familia y no quería dejar sola a mi madre por
follarme a un tío que aun no conocía en persona.
El se llama
José, es moreno, altísimo y me encanta su manera de tratarme. Cuando le conocí,
enseñe sus fotos a mis tres amigas y todas me dijeron lo mismo, “si no le vas a
aprovechar tu, pásanoslo a nosotras, seguro que sabemos qué hacer con él”. Pues
aunque parezca mentira, lo hice; al igual que conmigo, enseguida las dejo medio
atontadas, el poder que tiene ese hombree sobre las mujeres es increíble.
Pues a lo que
iba, mis amigas habían preparado algo especial, aprovechando que el petardo de
mi marido no suele salir y menos para celebrar mi cumpleaños. La juerga iba a
ser fuera de Murcia capital, así que a primera hora de la tarde, vinieron a
buscarme, para ir hasta la Manga del Mar Menor en tren.
El viaje es
de lo más entretenido, como siempre acabamos sacándole los ojos a alguna lagarta
y hablando de hombres. No se que me tienen preparado pero al hablar de tíos se
miran entre ellas, se ríen todo el tiempo, mientras me sueltan miraditas, están
muy tontas y me temo alguna encerrona por su parte.
Al llegar al
hotel que tenían reservado, me entero de que las tres dormirán en la misma
habitación y que para mi han cogido una suite.
-¿Por qué lo
habéis hecho?- las digo entre lagrimas, -No creo que me merezca esto, solo
quería estar con vosotras y pasarlo bien-.
Ellas, con lágrimas
en los ojos, no dicen nada, solo nos damos un gran abrazo de grupo. Siempre que
alguna de nosotras, ha necesitado apoyo del resto, hemos terminado de la misma
manera.
Cuando por
fin nos relajamos, el trajín en su habitación es frenético; ropa por todos
lado, maquillándose unas a otras, planchas para el pelo y un montón de cositas
de mujer, que ahora no vienen al caso. A mí no me han dejado empezar a
prepararme.
-Tú te
esperas, tenemos algo para ti y queremos dártelo juntas- me dice Julia.
-Te va a gustar mucho- comenta Elisabeth, con una gran sonrisa en la cara.
-Sobre todo a gustar- dice Arantxa, muerta de la risa.
-Te va a gustar mucho- comenta Elisabeth, con una gran sonrisa en la cara.
-Sobre todo a gustar- dice Arantxa, muerta de la risa.
Cuando las
tres terminan de reírse, sacan de una maleta un paquete.
-Aquí tienes,
Carla, tu primera sorpresa-, lo cojo, -vamos, rápida, ábrelo-, me apresuro a
hacer lo que me dicen.
Un fantástico
vestido de seda rojo, sale de la caja, tiene muchos reflejos, con escote palabra de honor y muy cortito. De nuevo las
lagrimas inundas mis ojos, - muchas gracias chicas-. No dejan que llore mas,
empiezan a desnudarme y me visten con el fantástico regalo que me han hecho. Me
peinan y me maquillan; julia saca de su maleta unos zapatos a juego y me dice.
-Estos son
solo un préstamo, para esta noche, si no me los hubiera regalado mi madre, te
los daría encantada-.
Cuando ya
estoy preparada para vestirme, saco de mi mochila un tanga, pero Elisabeth me
detiene.
-No tan
rápido guapa, tenemos otra sorpresa-.
Me dan otro
paquete, mientras le abro las digo,- ya sé lo que es, el tanguita ese tan
bonito que vimos el otro día-. Mi cara demuestra la sorpresa al terminar de
abrirlo, no es lo que yo pensaba. Dentro de un estuche plateado, viene un juego
de bolas chinas, creo que me sonrojo un poco.
-Pero bueno,
que es esto-, no puedo reprimir una carcajada.
-No es para que las mires, hoy las llevaras puestas y olvídate de la ropa interior, trae aquí esa tanga ahora mismo y colócatelas, por favor-.
-No es para que las mires, hoy las llevaras puestas y olvídate de la ropa interior, trae aquí esa tanga ahora mismo y colócatelas, por favor-.
Al salir del
hotel, voy un poco incomoda, ya he usado otras veces algún juguete de este
tipo, pero no en la calle y menos aun sin ropa interior. Esa sensación se pasa
muy pronto, en cuanto las bolas empiezan a moverse en mi interior, con cada
paso que doy.
-¡Joder
chicas!, no sé cuanto podre aguantarlas, la verdad es que es una sensación maravillosa,
pero el calentón que me estoy pegando es tremendo-, las digo mientras me
abanico la cara con la mano.
-Tu
tranquila- dice Arantxa,- si todo va como tenemos planeado, alguien te hará
disfrutar más de lo que lo estás haciendo con nuestro regalo.
La verdad es
que esa última frase, me deja muy confusa, nunca he engañado a mi marido,
aunque con ganas me he quedado más de una vez.
-Miedo me
dais, ya sabéis lo que opino de ciertas cosas-.
-Relájate y disfruta de la noche, ahora tomaremos un vino antes de ir a cenar- dice julia dando por zanjadas mis quejas.
-Relájate y disfruta de la noche, ahora tomaremos un vino antes de ir a cenar- dice julia dando por zanjadas mis quejas.
Con lo bueno
que hace, paramos en una terraza a tomarnos ese vino, no dejamos de hablar en
ningún momento. Enseguida me fijo en el chico de la mesa de al lado, es muy
atractivo, no deja de mirarme, pero va acompañado de una mujer. A él parece no
importarle y no para deja de comerme con los ojos, por encima del periódico, que
ella está leyendo.
Decido
tontear un poco con él. Le lanzo miradas descaradas, incluso en un momento dado,
le tiro un besito. Él le echa morro, siguiéndome el juego y me hace un gesto
con la cabeza para que me aparte de mis amigas, eso si que no lo pienso hacer.
Después de estar
un buen rato sentada, las bolas chinas comienzan a molestarme un poco, tengo
una idea; me meteré en el baño y sin que me vean me las quitare, mas tarde, ya
las despistare un poco para volver a colocármelas, digo yo que no comprobaran
si las llevo puestas o no.
-Perdonadme
un momento tengo que ir al baño- me disculpo con mis amigas.
-¿Quieres que vaya contigo?-, dice Elisabeth.
-No Tranquila, no tardo nada-, y salgo disparada al interior de la cafetería.
-¿Quieres que vaya contigo?-, dice Elisabeth.
-No Tranquila, no tardo nada-, y salgo disparada al interior de la cafetería.
Tras
preguntar al camarero por los aseos y seguir sus instrucciones, bajo al sótano,
donde están. Mientras voy por las escaleras, noto que alguien viene detrás. Me
giro para ver cual de mis amigas viene a vigilarme. Mi sorpresa es, que quien
viene detrás de mi es el tío de la mesa de al lado.
Visto ahora
de pie, está más bueno de lo que
parecía. Entro rápidamente en el baño y me quedo sin palabras al ver que
el entra en el mismo que yo.
-No sabía que
usaras el servicio de caballeros-, me dice con una gran sonrisa en la cara.
Al levantar
la mirada, veo el muñequito en la puerta, es el típico que hay en todas las
puertas de los aseos masculinos. ¡Que vergüenza!
Agacho de
nuevo la mirada e intento salir corriendo del baño, el me sujeta del brazo y
hace que levante la cabeza, momento que aprovecha para darme un tremendo beso.
No sé si es por las bolas o porque, pero le correspondo enseguida. Besa de
maravilla, enseguida aprovecha para tocarme los pechos, sin dejar de besarme,
baja la mano y me la mete por debajo de la falda.
Al sentir el
contacto de mi desnudo pubis, se aparta de mí y hace que me de la vuelta. Me
quedo mirando al espejo apoyada contra el lavabo, me da un pequeño mordisco en
el cuello e intenta meterme los dedos en mi ya mojada vagina.
Se encuentra,
como no, con el juguete que tengo puesto, entre jadeos le digo:
-Es un regalo
de mis amigas y no debo quitármelo-.
-No te preocupe, para lo que tengo pensado, no hace falta sacarlo-.
-No te preocupe, para lo que tengo pensado, no hace falta sacarlo-.
Se pone
detrás de mí en cuclillas, me levanta un poco el vestido y enseguida siento el
roce de su lengua acariciando mi sexo.
Lo hace de maravilla,
¡con lo caliente que ya estaba! no tardo nada en correrme.
En ese
momento alguien llama a la puerta.
-Luis, ¿estás
ahí?- El da un salto para incorporarse.
-Si cariño ya salgo, espera un momento-, me baja de nuevo el vestido y me suelta.
-Joder con mi mujer, es un autentico coñazo, ¿te doy mi teléfono y quedamos más tarde?-.
-Si cariño ya salgo, espera un momento-, me baja de nuevo el vestido y me suelta.
-Joder con mi mujer, es un autentico coñazo, ¿te doy mi teléfono y quedamos más tarde?-.
Como puede
tener tanto morro, le doy un bofetón y salgo del aseo corriendo. La mujer me
mira sorprendida al pasar a toda velocidad a su lado. Desde las escaleras
escucho el comienzo de una discusión entre ambos.
Al salir de
la cafetería, apuro de un trago mi copa de vino, las digo a mis amigas que nos
vamos ya, dejo un billete sobre la factura que hay en la mesa.
Por el camino
las cuento lo sucedido, a las tres las parece una aventura fascinante y muy
emocionante, pero todas coincidimos, el ha sido un autentico cabròn, por hacer
lo que ha hecho delante de su mujer.
Yo no me
siento mucho mejor, he dejado que un desconocido me practique sexo oral en un
baño, es la primera vez que engaño a mi chico y algo de remordimiento recorre
mi cabeza.
Pronto
llegamos al restaurante, la conversación en la cena gira en torno a lo sucedido,
consiguen que me ría y que deje de pensarlo, así trascurre la velada y yo
me relajo lo suficiente, como para volver a disfrutar del juguete en mi
entrepierna.
Lo tienen
todo muy claro, nada más cenar, vamos directas a un pub cercano, pedimos una
copa y pronto estamos en la pista disfrutando de la música.
Las tres se
paran de repente, me miran sonriendo y Arantxa dice algo así como “la última
sorpresa”, con el ruido de la música no la entiendo bien. Alguien me tapa los
ojos con las manos y me dice al oído.
-¿Quién soy?-
aunque siempre he escuchado su voz por el teléfono, estoy segura de quien es.
Sin soltarme
acerca su cuerpo al mío, hasta que le siento completamente adherido a mi culo.
Sigo estando cachondisima; en un susurro o más bien un gemido digo:
-¿José?- me
suelta y al darme la vuelta salto a sus brazos y le doy un beso en la boca, sin
pensarlo.
Siempre me
había dicho “la primera vez que me veas, sabrás que soy yo por que el deseo se
reflejara en mis ojos”. Pues tenía razón. Ese beso no lo podre olvidar nunca,
es muy largo, delicado, apasionado y húmedo. Nuestras lenguas se entremezclan
sin cesar, El me sujeta por la cintura y me da un pequeño pellizco en el culo.
Esto es lo que hace que en mi interior salte algo. Esta, será la noche en que a
mi marido le salgan los cuernos y no voy a arrepentirme jamás.
Mis amigas se
despiden de mí, después de darle a José dos besos cada una y giñarme el ojo, Julia incluso me da un azote y me dice al oído “disfrútalo, nos ha costado
mucho que viniera y es todo para ti”.
Me quedo algo
cortada, cuando me da la mano y se dirige a la puerta del pub. Ya en la calle,
me abraza de nuevo, nos besamos otra vez y con una gran sonrisa me dice:
-¿Tienes algo
pensado para hacer juntos?- Claro que lo tengo, desde hace tiempo pero no
pienso pedirle que me lleve a la cama, así que niego con la cabeza.
-Está bien, yo sí que tengo algo, es una fiesta donde tus sentidos tendrán una importancia especial, pero tienes que estar dispuesta a todo. ¿Estás de acuerdo?-, que demonios pasa hoy todo el mundo me planea la noche, esta vez es distinto y claro que me apetece, asiento.
-Está bien, yo sí que tengo algo, es una fiesta donde tus sentidos tendrán una importancia especial, pero tienes que estar dispuesta a todo. ¿Estás de acuerdo?-, que demonios pasa hoy todo el mundo me planea la noche, esta vez es distinto y claro que me apetece, asiento.
No he dicho
ni una palabra desde que le visto, tampoco sé muy bien que decir, estoy
excitada, confundida, emocionada y muy contenta.
Montamos en
un taxi, José le da al conductor una dirección y me dice.
-Es una
fiesta muy especial Carla, por lo que conozco de ti te va a gustar, el lugar es
fabuloso-, por fin puedo contestar –tranquilo ya sabes que hare todo lo que me
pidas, pero recuerda, quiero que me lo pidas tu- Le sonrío, me lanzo a sus
brazos y le beso, lo hace de maravilla.
Se aparta de
mí y me cuenta su plan, -en unos kilómetros, te vendare los ojos, al llegar a
la fiesta, que es privada, te colocare un antifaz, en estas fiestas es
obligatorio. Estaremos allí, hasta que tú me pidas que te saque, después
volveré a ser yo quien mande-, mientras habla empiezo a estar intranquila, todo
suena muy raro, da lo mismo, esta noche estoy dispuesta a todo.
Le digo al
oído, para que el taxista no me oiga, lo que tengo puesto y lo mucho que me
molesta. El riéndose me hace una señal para que me las quite si quiero, cosa
que hago al instante, saco del bolso el estuche plateado y tras limpiarlas un
poco las meto dentro y guardo todo otra vez. La sensación al quitármelas ha sido
de total placer y alivio, pero a los pocos segundos un vacío extraño se ha
quedado en mi interior, ahora es como si me hiciera falta tenerlas dentro.
-Perdona
tengo que vendarte ya los ojos- Me dice José mientras saca un pañuelo de seda
de un bolsillo del pantalón, al atármelo por detrás de la cabeza, aprovecha
para besarme en la mejilla y susurrarme –Tranquila, solo pasara lo que tu desees
que pase-.
Un par de
minutos después, el coche se detiene. José paga la carrera, me da la mano para
ayudarme a salir y me guía por un camino empedrado de unos cuarenta metros. No
veo absolutamente nada, doy pasos inseguros. –Te voy a quitar la venda- me
dice, siento sus manos tras mi cabeza, deshaciendo le nudo. La venda resbala
por mi rostro, la claridad me ciega, estamos en un hall inmenso, con unas
escaleras de película que suben justo delante de nosotros, me he quedado
boquiabierta, es un lugar increíble.
Un mayordomo
se acerca a nosotros, extiende su mano enguantada en dirección a José. -Buenas
noches- dice amablemente, -Buenas noches- contesta mi chico mientras le
entrega un sobre dorado, el anciano mayordomo lo abre, hace una pequeña
reverencia y nos indica que le sigamos. Nos detenemos ante una gran puerta de
madera, el buen hombre se gira y nos dice:
-Ya son necesarios los antifaces, a partir de este momento no pueden quitárselos-.
-Ya son necesarios los antifaces, a partir de este momento no pueden quitárselos-.
Del bolso de
la americana, José, saca dos antifaces, el suyo es sencillo, negro, y de seda;
el mío es de encaje, del mismo color, Al colocármelo mi anfitrión sonríe y de
dice –sabia que iría a juego con el vestido-. Vamos que él estaba metido en
todo desde el primer momento.
El mayordomo,
abre la puerta, dentro esta algo oscuro, oigo música a gran volumen, luces de
colores giran en todas direcciones, en este lugar hay bastante gente, parece
una discoteca.
En cuanto la
vista se me acostumbra a la oscuridad, me doy cuenta de que no lo es. Estamos
en una gran sala cuadrada, la música y las luces son para dar algo de ambiente.
En las cuatro paredes se proyectan películas porno. En cada una de las esquinas
hay un pequeño escenario, se supone que en el alguna Gogo estaría bailando,
pero en lugar de eso en cada una se representa una escena de sexo en vivo
diferente.
En la
primera, dos mujeres mantienen una relación lésbica, incluso a mi me pone verlas comerse una a otra. Miro a
José, estoy algo nerviosa, el me hace un gesto para tranquilizarme y me dice al
oído, -No te preocupes, es una fiesta de intercambio de parejas, esta gente
tiene mucho dinero y hace con el lo que quiere. Ya sabes, cuando me digas nos
vamos-.
Puede más la
curiosidad que el miedo y con este hombre tan grande agarrándome de la cintura,
no le temo a nada. Vamos a la siguiente esquina, en ella dos hombres se follan
a una preciosidad, parece sacada de una revista, tiene un cuerpo increíble y
unos enormes pechos que me gustaría probar. Cada vez estoy más cachonda, siento
que el vacio que dejo el juguete, tengo que llenarlo rápidamente.
La tercera
esquina es parecida a la anterior, con una diferencia, el trió lo forman dos
mujeres preciosas y un hombre increíble, el está sentado en una silla, cada una de las mujeres
esta a un lado de la misma, y las dos unen sus bocas haciéndole una mamada, en
su tremenda verga. Jamás había visto una tan grande, se me hace la boca agua,
podre tenerla luego para mí. Borro ese pensamiento de mi mente, estoy con mi
fantasía, José, el hombre con el que tanto he soñado, le miro de arriba abajo y
con mucha delicadeza, agarro su paquete, está muy excitado también, antes de
soltarle aprieto con fuerza su miembro y pongo cara de deseo mordiéndome el
labio inferior.
El sonríe me
lleva a la cuarta esquina, está vacía, no hay nadie en el escenario. José se
coloca detrás de mi me agarra con ambas manos por las caderas, me acaricia el
culo y mete una mano entre mis piernas, un escalofrió recorre todo mi cuerpo,
se lo que pretende y creo que yo también lo deseo.
-¿Quieres que
subamos, tu y yo? ¿Quieres que nuestra primera vez sea frente a todas estas
personas?- le pregunto, mientras hecho una mano hacia atrás y le empiezo a
masajear lo que ahora mismo mas deseo en el mundo.
-Solo si tú
quieres, no voy a obligarte, pero me encantaría que toda esta gente viera como
me follas- Sus dedos entran en mi sexo como un cuchillo caliente atraviesa la
mantequilla, estoy tan mojada y cachonda que le agarro la mano para que no los
saque y empiezo a subir al escenario.
En el, hay un
sofá inmenso, a los pies del cual me arrodillo, bajo los pantalones a mi
compañero y delante de todo el mundo se la chupo. Es lo que parecía dentro de
su ropa, un buen tamaño, por supuesto no tanto como la del tipo del otro
escenario, me sabe riquísima y ver como hombres y mujeres me miran con deseo me
está poniendo a cien.
José me ayuda
a levantarme, en ese mismo movimiento me saca el vestido por la cabeza, me
empuja contra el sofá, en el que caigo sentada de cara al público. Ahora es él
quien se arrodilla a mis pies y con mucha tranquilidad comienza a hacerme la
mejor comida que me han hecho en mi vida, tantas horas con las bolas chinas,
sumadas al espectáculo que hemos visto y a la excitación que me produce tanta
gente mirándonos, hacen que me corra en seguida, de manera brutal y muy
intensa, toda la piel de mi cuerpo se pode de gallina y los tendones de mis
pies se encogen hasta producirme dolor.
Ha sido
impresionante, pero mi compañero de actuación no se puede quedar así, le indico
que se siente en el sofá, de cara al público, yo hago lo mismo sobre el , también mirando a esa gente enmascarada
que tengo debajo, Entre ellos ya hay tríos y parejas tocándose unos a otros, le
quiero sentir aun mas, cierro las pierna y me meto entre las suyas, comienzo a
cabalgarle de manera salvaje, siento que mis caderas van a su ritmo, es fantástico.
Quiero ver la cara de José en el momento de correrse.
Me giro y me
la meto de nuevo hasta el fondo, me abrazo a él y le beso la cara, la boca, el
cuello, todo sin parar de montarle. Su cuerpo se empieza a tensar, agacha la
cabeza y me muerde los pezones ¡Qué dolor tan rico! Sé que esta apunto, coloca
sus manos en mis caderas y con mucha sutileza empieza a marcarme un ritmo que
me deshace, veo en sus ojos que tiene la misma sensación. Aprieto con fuerza mi
vagina para que el roce sea aun mayor y los dos tenemos un orgasmo brutal
delante de una cuarenta personas, de las cuales la gran mayoría, ya está con
sus asuntos entre manos.
Al bajar del
escenario le digo,-Ahora nos toca en privado-, Me mira sonriente.
-Desde que hemos subido, nos están preparando una habitación para que pasemos la noche-.
-Desde que hemos subido, nos están preparando una habitación para que pasemos la noche-.
Cuando me
despierto, al día siguiente, el ya no está conmigo. En la mesilla una nota, en
la que me explica que tiene trabajo, pero que pronto nos veremos.
Cojo un taxi
y llego al hotel, donde se supone que tenía que haber dormido. En la habitación
mis amigas me esperan expectantes. Solo las cuento la parte final de la noche,
las horas que José y yo hemos estado solos, disfrutando de nuestros cuerpos.
Su ultimo
regalo es un spa, con distintos masajes y tratamientos corporales, la verdad
después de lo de ayer, me hacía mucha falta.
No tengo
ningún remordimiento por lo que paso aquella noche, a José hace unos meses que no
le veo, ese fue el último día de nuestra relación y el primero. Seguimos en
contacto pero nuestras agendas no cuadran, para que la distancia se pueda
acortar. En casa sigo teniendo al mismo petardo de siempre, al cual no he
vuelto a engañar, pero esta situación va a durar muy poco, ya he hablado con
una abogada y en unas semanas volveré a ser libre para siempre.
J.M.
LOPEZ
Genial, me piro para Murcia, con un poco de suerte conozco a alguna de las cuatro amigas
ResponderEliminarjajaja, si encuentras a alguna de las 4, avísame
Eliminarsencillamente genial
ResponderEliminarmuchas gracias, eso intento
EliminarSeguro qe lo sabes hacer mejor todavía
EliminarPoco a poco, voy a prendiendo, hay que tener en cuenta que empecé a escribir hace tres meses. Así que con tranquilidad y sin prisa.
EliminarTe inspiras en alguien ??
EliminarJajaja, buena pregunta. En caso afirmativo ¿crees que lo contaría por aquí? Y a un mensaje anónimo.
EliminarEs verdad bueno espero ansiosa el relato de mañana
EliminarY yo espero que te guste.
EliminarHe creado una pagina en face, para poder contestar preguntas, recibir peticiones de relatos y tener un trato mas directo con los lectores. Por si os interesa, el enlace esta en la pagina principal. Gracias
Realmente fantastico!!!!! mi enhorabuena
ResponderEliminarmuchísimas gracias
Eliminarfantastica cada una que escribes mejor que la anterior eres muy bueno
ResponderEliminarno pretendo serlo, solo quiero ir mejorando
EliminarFabulosa!!! Realmente buenísima, enhorabuena, cada relato es mejor que anterior.
ResponderEliminarintento que mejoren y que la historia os enganche desde el principio
EliminarEnhorabuena!! Cada vez me gustan más!! Muy muy bueno.
ResponderEliminar;)
Muchisimas gracias
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